Uno de los objetivos del dominó es, capturar el máximo de puntos en las “manos” que se ganan. No se trata de ganar la mayor cantidad de “manos”. De lo que se trata es de capturar la mayor cantidad de puntos en las “manos” que se ganan. Así como también, de entregar la menor cantidad de puntos en las “manos” que se pierden.

Ahora bien, esos objetivos no se logran por azar, por la suerte, ni por la arbitrariedad. Se logran por la experticia. Se logran con experticia. Se requiere tener conocimientos sólidos de la Doctrina (Conocimientos Generales) y conocimientos precisos de la ubicación de las fichas no jugadas (Conocimientos Particulares).

Esos conocimientos no los tiene todo el mundo. No los tiene el que quiere. Los tiene el que puede. Quien ha dedicado tiempo y esfuerzo al estudio de la Doctrina. Quien ha confrontado innumerables veces la teoría con la práctica. Quien ha recorrido los caminos y veredas de la praxis con seguridad, racionalidad y responsabilidad.

La “mano” que a continuación se reproduce, jugada recientemente en la ciudad de Miami, Estado de Florida, Estados Unidos de América, recoge todo lo antes dicho. Constituye un himno a la experticia. El autor del mismo, la persona que ejecutó las jugadas claves de la “mano”, quien dirigió y resolvió la “mano” fue mi eximio discípulo Reinaldo Troconis. La brillantez y seguridad con que Reinaldo jugó la “mano”, bien valen su reproducción y un fuerte ¡Bravo, Reinaldo!

La “mano” la inició el compañero de Reinaldo, quien salió con el . El segundo jugador castigó el tres “sin pensada previa” con el , anunciando su fuerte juego de blancos El tercer jugador, Reinaldo, había levantado las siguientes fichas: , , , , , y , esto es, un “violín” de cinco unos al doble y dos fichas mixtas, castigó (correctamente) el tres del salidor con el “sin pensada previa”, anunciando su fuerte juego de unos. El cuarto jugador castigó “sin pensada previa” el blanco iniciado por el compañero con el .

El salidor en su segundo movimiento “cuadró” a uno con el . El segundo jugador “pasó”. El tercer jugador colocó el y el cuarto jugador “pasó”.

El salidor en su tercer movimiento colocó su último uno, el . El segundo jugador colocó el “con pensada previa” el . Reinaldo jugó entonces (correctamente) el , una de sus dos fichas sobrantes, ajenas a su “violín” de unos y el cuarto jugador colocó el .

El salidor en su cuarto movimiento colocó el . El segundo jugador castigó el dos con el , y es en ese momento en que Reinaldo remata su faena. Para entonces le quedaban cuatro fichas: , , y . Es decir, podía “cuadrar” a uno, encabezarse a uno y volver a jugar, ya que tenía los tres unos restantes. Lo cual significaría, casi seguramente, que ganaría la “mano”. Pero, y aquí está el “pero”: ¿Cuántos puntos capturaría? Menos, muchos menos de los que capturó “cuadrando” a blanco, y “trancando” la “mano”, habida cuenta de que: a) el cuarto jugador había castigado “sin pensada previa” en su primer movimiento el blanco iniciado por el compañero, ante la presencia del uno iniciado por Reinaldo, de modo que no debía tener más fichas del “palo” blanco. b) el salidor debía tener por lo menos uno de los elementos faltantes del “palo” blanco. c) las fichas faltantes del “palo” blanco eran: , y , esto es, las reventadas de los blancos, eran entrada de los dos unos: y . Pues bien, Reinaldo sin dudar, “sin pensada previa”. Entiéndase, ya había pensado con anticipación, “cuadró” (correctamente) a blanco. El cuarto jugador “pasó”.

El salidor en su quinto movimiento colocó el . El segundo jugador colocó el . Reinaldo colocó el , y el cuarto jugador volvió a “pasar”.

El salidor en su sexto movimiento “pasó”. El segundo jugador colocó su último blanco, el , y Reinaldo “trancó” la “mano” a uno con el , capturando una enorme cantidad de puntos.

Con el “cuadro” a blanco, los contrarios de Reinaldo, la pareja integrada por el segundo y el cuarto jugador, colocaron tan solo dos fichas, el y el que suman diez puntos. Con el “cuadro” a uno hubieran descartado una gran cantidad de puntos, habida cuenta que la fichas altas, incluyendo el y el , estaban ubicadas mayoritariamente en poder del cuarto jugador.

Es de agregar que todas las jugadas de Reinaldo fueron hechas con la seguridad y la responsabilidad que acompañan la experticia. El resultado, inmejorable. Una vez más, ¡Bravo, Reinaldo!

Y ya para concluir, una nota adicional: En la actualidad Reinaldo está dictando un Taller teórico-práctico de Dominó en Miami, con apego estricto a la Doctrina Zaibert, la cual está expresada en mis libros “Principios y Sistemas del Dominó por Parejas” y “Conceptos y Criterios del Dominó por Parejas”. Felicitaciones a los asistentes al Taller por tan buen maestro. Felicitaciones Reinaldo por tan buena iniciativa.