Se me pregunta: ¿Cuál ficha debe jugar el salidor en su segundo movimiento, habida consideración de lo sucedido en la “mano” hasta ese momento?

La “mano” se inició con la colocación del doble-uno por el salidor, quien había levantado las siguientes fichas: , , , , , y . A continuación el segundo jugador castigó el uno, “sin pensada previa” con el . El tercer jugador castigó el seis, “sin pensada previa” con el , y el cuarto jugador castigó el uno de salida con el .

Le corresponde entonces ejecutar al salidor su segundo movimiento. En las puntas del dominó colocado en la mesa hay, por un lado un cinco, y por el otro un tres. El salidor tiene tres fichas que casan con los “palos” del dominó colocado en la mesa: por un lado el , y por el otro el y el , y se me formula la pregunta arriba señalada.

En tal sentido, y a fin de determinar la jugada correcta en ésta situación, veamos los pro y contra de cada de las jugadas posibles:

PRIMERO: Castigar el tres con el .

Esta jugada tiene por base el no castigar el cinco que fuera iniciado “sin pensada previa” por el compañero. Es decir, no castigar el “palo” en el que tiene interés y/o fuerza el compañero. Pero, aún siendo válida tal consideración, la colocación del presenta el inconveniente que se estaría reproduciendo el “palo” seis iniciado igualmente “sin pensada previa” por el segundo jugador en su primer movimiento, y que fuera castigado sin demora alguna por el tercer jugador y del cual el propio salidor no tiene ningún acompañante. De donde se podría inferir que el resto de fichas del “palo” seis está en poder de los contrarios.

Adicionalmente, tal jugada está reñida con el Principio atinente a “Castigar los palos iniciados por el contrario”, con el de “Indicar lo que se tiene” y con el de “Crear dificultades al contrario”. En consecuencia, tal jugada no es recomendable.

SEGUNDO: Castigar el cinco con el .

Esta jugada tiene por base el no favorecer a los contrarios con la repetición del seis que fuera iniciado por el segundo jugador “sin pensada previa”. Es decir, no reproducir el “palo” en el que tiene interés y/o fuerza el jugador contrario. Pero, aún siendo válida tal consideración, la colocación del presenta el inconveniente que se estaría repitiendo un “palo” del cual no se tiene ningún acompañante, y que no se sabe en poder de quien están los elementos faltantes. De donde se podría inferir que se estaría jugando a la suerte.

Adicionalmente, tal jugada está reñida con el Principio atinente a “Indicar lo que se tiene” y con la naturaleza misma del juego. En consecuencia, tal jugada no es recomendable.

TERCERO: Castigar el cinco con el .

Esta jugada, al igual que la anterior tiene por base no favorecer a los contrarios con la repetición del seis que fuera iniciado por el segundo jugador en su primera jugada “sin pensada previa”, y que fuera castigado por el compañero del salidor de la misma manera, esto es, “sin pensada previa”. Pero, se diferencia de la anterior en que en la “mano”· del salidor hay un blanco más, el doble-blanco. De donde se puede inferir que tal jugada es la correcta.

Esta jugada está respaldada por el Principio atinente a “Indicar lo que se tiene” y por el atinente a “Crear dificultades a los contrarios”. En consecuencia es la jugada que se recomienda.

Vale agregar que, así como en ocasiones todas las jugadas que se le presentan a determinado jugador le son favorables, es necesario destacar que no todas son del mismo nivel, aún en el supuesto que con todas se gane la “mano”. Hay una que es mejor que todas las restantes. Una con la que se captura la mayor cantidad de puntos. Esa es la que se recomienda, esa es la correcta.

Asimismo, en ocasiones todas las jugadas que se le presentan a determinado jugador le son desfavorables, debiéndose igualmente agregar que no todas son del mismo nivel, aún en el supuesto que con todas se pierda la “mano”. Hay una que, sin ser buena, es la menos mala. Una con la que se entrega la menor cantidad de puntos. Esa es la que se recomienda, esa es la correcta.

Como lo he dicho y escrito infinidad de veces, en el dominó no gana el partido la pareja que captura más “manos”. Lo gana la pareja que captura una determinada cantidad de tantos. En los partidos a cien tantos, perder en 99, o 98 o noventa y pico, habiendo ganado más “manos” que la pareja contraria no es (necesariamente) por la “mala suerte”, sino (probablemente) por las malas jugadas…Así de sencillo.